Esta es una de esas recetas que en cuanto la pruebas sabes que la harás más de una vez. La zanahoria ahumada da mucho juego a la hora de dar un toque de sabor a casi cualquier receta.
Además puedes hacerla como parte de tu Batch Cooking semanal, preparándola, conservándola en el frigorífico bien tapada y a lo largo de los días añadirla a una ensalada, una crema de verduras, en una tostada con queso untable o un queso de anacardos como el de esta receta, por ejemplo. También como relleno de una tortilla o acompañando alguna proteína.
Puedes probar la misma receta sustituyendo la zanahoria por chirivía o nabo, que queda igualmente buenísimo y estoy segura que te sorprenderá su sabor.
Y mira el partido que le puedes sacar a unas zanahorias! Quedan con un aspecto súper apetecible y están de vicio. Qué más se le puede pedir a esta receta? Buena, bonita y barata.
Enciende el horno a 180 ℃ con calor arriba y abajo.
Pela las zanahorias y córtalas longitudinalmente en láminas finas con una mandolina, pelador o un cuchillo bien afilado.
Cocina las láminas al vapor 5 minutos y retira.
Coloca cada lámina de zanahoria en un bol con todos los demás ingredientes y mueve con mucho cuidado para que se impregne de todos los sabores.
Dispón las láminas de zanahoria en una bandeja de horno cubierta de papel vegetal. Rocíalas con el aceite que haya podido quedar en el bol.
Cuece en el horno unos 15 minutos.
Retira la bandeja del horno y deja enfriar.
- Una vez frías puedes conservarlas en un recipiente con cierre hermético en el frigorífico durante 1 semana o algún día más.
- Se puede congelar y conservarla meses.